Tal como se publico en el post pasado, Hermoso Lenguaje realizo una entrevista con Viviana Burad interprete de lenguaje de señas en Argentina y autora de varios libros que hacen referencia a la lengua de señas. La entrevista trae preguntas que muchos les gustaria saber la respuesta. Aqui los dejamos lo que fue de la entrevista. Fueron un total de 7 preguntas, por ende la publicaremos en dos partes.
Esta es la primera parte de la entrevista
Esta es la primera parte de la entrevista
Viviana ¿Crees tu posible que una persona sorda pueda tener el mismo coeficiente intelectual que una persona que tenga sus 5 sentidos en buen estado?
Detenernos solamente en medir el grado de coeficiente intelectual de los seres humanos, es hacer una parcialización que impide ver el todo, la integridad como seres humanos plenos.
La palabra inteligencia etimológicamente proviene del latín y significa saber escoger, elegir las mejores opciones para resolver una cuestión. ¿Pueden las personas sordas hacerlo? Sus acciones nos dicen que sí. ¿Pueden las personas sordas elaborar productos que puedan ser valorados en su cultura? Sus actos nos dicen que sí. Pueden comprender ideas, pueden adaptarse al entorno, pueden aprender de la experiencia, pueden comprender ideas abstractas, pueden razonar, pueden reflexionar. Si tenemos en cuenta las teorías sobre las inteligencias múltiples, es evidente que han desarrollado la inteligencia lingüística, la inteligencia espacial, la inteligencia corporal cinestésica, la inteligencia intra e inter personal.
He podido comprobar, por el contacto cotidiano, que las personas sordas tienen su inteligencia intacta. Ser sordo, no implica ser menos inteligente. Si prestamos atención a los mensajes que transmiten, fácilmente podemos observar en sus discursos, la presencia de un razonamiento lógico, la existencia de proyectos de vida personal, familiar, laboral, social y hasta la presencia de proyectos políticos relacionados con sus necesidades grupales.
Y no solamente eso, sino que ellos pueden enseñarnos muchas cosas a nosotros los oyentes. De hecho, yo he aprendido no solo su lengua, sino nuevas formas de pensar, de sentir, de entender el mundo, que me han enriquecido.
Grandes y muchas inteligencias sordas ha dado esta humanidad desde hace muchos siglos y hasta la actualidad: maestros sordos, activistas sordos, artistas sordos, profesores sordos, intérpretes sordos, escritores sordos, periodistas sordos, historiadores sordos, líderes sordos, abogados sordos. Y la lista continúa.
Con esto quiero yo decir que la única forma de inteligencia no es la de los oyentes.
Siempre se ha hablado que la sociedad debe integrar a la persona sorda, mas sin embargo hay otros que afirman que las personas sordas deben integrarse a la sociedad. ¿Cual es el punto equilibrado en este aspecto? ¿Deberían los sordos integrarse a la cultura oyente o el oyente integrarse a la cultura sorda?
Actualmente, en todo el mundo, estamos hablando de la igualdad y dignidad de todas las lenguas y de todas las culturas y del reconocimiento de las comunidades lingüísticas y culturales minoritarias. El grupo sordo constituye una de ellas.
Esto quiere decir que estamos iniciando una etapa de respeto hacia la variedad de culturas y de lenguas, tratando de privilegiar la interculturalidad y el multilingüismo sobre el neocolonialismo. Y se intenta también que el movimiento humano encausado hacia este fin, logre que las naciones expresen, con las acciones, respeto hacia la diversidad. Y esto involucra a las personas sordas.
Es la lucha por el derecho a una sociedad multilingüe intercultural, con el objeto de conseguir un espacio social de respeto hacia los derechos humanos, lingüísticos y culturales elementales de las personas sordas. Y para que esto se logre acabadamente, la transformación también debe provenir de los Estados.
Integrarnos entre todos, sí. Pero con la debida toma de conciencia en cada uno de los países para encontrar el eje articulador de nuevos sistemas sociales interculturales multilingües como proyecto político. De lo contrario, menospreciar la lengua y la cultura del pueblo sordo significa lisa y llanamente su marginación.
Varios países permiten que niños sordos estén en escuela para oyentes con el propósito de integrarlos a la sociedad ¿Como ve Viviana el hecho de que un niño sordo asista a una escuela para oyentes y no una para sordos?
Sería conveniente entrevistar a ese niño sordo y preguntarle cómo se siente. ¿Solo quizás? ¿Triste tal vez? ¿Juega con los niños oyentes? ¿Se siente entendido por su maestra? ¿Logra comunicarse? ¿Puede comprender los contenidos curriculares que se le brindan?
Por mi parte, pienso que separarlo de su grupo de iguales puede ir en desmedro de su autoestima, y esto es grave, ya que podría repercutir negativamente en su mundo de adulto. Antes que sordo es niño. Entonces, las preguntas son múltiples: ¿Necesitarían los niños sordos una institución educativa organizada bajo un modelo multilingüe intercultural? ¿Esta escuela podría lograr que la lengua de señas fuese la lengua de la enseñanza, en tanto lengua primera, que mejor conocen y que se adapta naturalmente a sus condiciones psicofísicas? ¿Se podría enseñar desde aquí las lenguas de los oyentes en forma sistemática aplicando metodologías didácticas de segundas lenguas adaptadas a esta situación? ¿Les permitiría tal vez este modelo la posibilidad de elegir en qué lengua comunicarse según sus preferencias, la situación, el contexto y el interlocutor que tengan frente a sí? Entonces, pienso que la integración educativa de los niños sordos, no significa ubicarlos físicamente dentro del aula de los niños oyentes, más bien quiere decir respeto, estímulo, adquisición y enseñanza de las lenguas y las culturas que necesariamente forman parte de la vida de las personas sordas, aprendizaje y aprehensión de conocimientos.
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